Los dinosaurios en Toro
Muerto- Arequipa
Montañas que rodean Arequipa todavía guardan el recuerdo de las
erupciones de sus volcanes. La blanca ceniza se confunde con la arena y las
piedras dando en la lejanía la apariencia de nieve. Es ese sendero blanco el
que marca el inicio del camino a Toro Muerto.
Esta zona, cuyo nombre alude a la singular forma de sus cerros
que recuerdan a un toro recostado, guarda para sí una joya única: el
repositorio de arte rupestre más grande del mundo. Se trata de cinco kilómetros
cuadrados cubiertos con unas cinco mil piedras que fueron labradas por viajeros
entre los años 700 y 1500 después de Cristo.
Toro Muerto está ubicado en la provincia de Castilla, muy cerca
al río Majes, cuyos inigualables camarones son el ingrediente principal de un
buen grupo de las delicias culinarias que guarda la Ciudad Blanca.
Cóndores, zorros, alpacas, grandes serpientes y peces, entre
otros muchos dibujos de animales se confunden con figuras geométricas y
bailarines tallados en piedra que, pese a los siglos, parecen seguir danzando.
Mucho se especula sobre el motivo de los dibujos. Hay quienes dicen ver figuras
de platillos voladores y extraterrestres donde otros interpretan soles y
bailarines enmascarados. Lo único que se conoce con exactitud es que la zona
era recorrida por viajeros que buscaban llegar al río Majes, continuación del
Colca. Asimismo, la facilidad para labrar la dacita, piedra que probablemente
llegó a ese lugar expulsada por alguno de los volcanes, hizo de la zona el
lugar ideal para los antiguos talladores, quienes usaron hachas y cuchillos con
diversas técnicas, como son el golpeado, el rayado, el desastillado y la
percusión.
Siglo tras siglo, esta joya arqueológica hace frente al viento
que implacable erosiona las piedras para borrar el recuerdo. Sin embargo, el
mayor enemigo del complejo son sus algunos de sus visitantes, que no han dudado
en romper las piedras para llevarse de recuerdo los hermosos dibujos. Hoy solo
los guías de la zona recuerdan que en una de aquellas rocas se llegó a
encontrar 152 dibujos, y abundantes esquirlas cerca de la entrada dan cuenta del
paso de los ladrones.
La depredación, sin embargo, no ha restado la magia del desierto
y el viento que parecen contar la historia milenaria de las piedras que miran
ansiosas al valle del Majes.
Los dinosaurios de Querulpa
Un resbalón fue para Elvis Paria (17 años) una de las más
importantes cosas que le ha pasado en su vida, y es que mientras buscaba miel
en el árido cerro de Querulpa tropezó y cayó sentado en uno de los más valiosos
descubrimientos de los últimos años en Arequipa: huellas de dinosaurios.
Querulpa es un cerro ubicado a pocos minutos de Toro Muerto, por lo que los
turistas han convertido a estos dos lugares en parte de un circuito que debería
ser obligado por quienes visitan Arequpa.
Elvis y sus amigos Oswaldo Martínez y Marcos Choquicondor,
fueron los primeros en sacar a la luz las huellas de dos dinosaurios,
supuestamente madre e hijo, que habitaron en esas tierras cuando ese montañoso
paraje era una tranquila playa, hace unos 150 a 200 millones de años. Tras
observar la extraña formación en la piedra, la curiosidad de los jóvenes los
llevó a seguir moviendo el terreno para encontrar el sendero que siguieron
estos animales. Luego, al estar seguros de su hallazgo, los adolescentes
avisaron a los expertos.
Las huellas miden unos 60 centímetros de ancho y 10 de
profundidad, y serían presumiblemente de Plintosaurios, enormes animales con un
peso de entre 8 y 10 toneladas. El área sobre la que se pueden observar las
huellas es reducida, sin embargo son múltiples las pisadas y se presume que hay
más ocultas.
El Instituto Nacional de Cultura está a cargo de las
investigaciones en la zona pero, al pertenecer la propiedad al agricultor don
Ricardo Acero, este señor se ha convertido en un ágil guía que lleva a los
viajeros, bastón en mano, a lo alto del cerro donde se guardan las huellas.
Según Acero, la zona encierra muchas más cosas, como fósiles de
peces y hasta de un cocodrilo, además de entierros y momias centenarias a las
que lleva a los visitantes.
Acceso: Saliendo del Valle
del Colca por la Pampa de Sihuas o directamente de Arequipa, tomando la ruta
hacia Lima y desviándose 7 km a la altura de Corire (distrito de Uraca) se
encuentra este conjunto de petrograbados. La ruta es de 159 km y se recorre en
2 horas 30 minutos en auto aproximadamente.
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